A palabras necias oídos sordos
Instalación Galería Ak-35, 2016
Muestra colectiva con el artista René Valiente.
“A palabras necias oídos sordos”
Abiertos estamos a una permanente interacción de nuestros cuerpos con este tiempo que habitamos, inquietante fuerza que nos habita. Doble movimiento donde nos jugamos la incertidumbre del tiempo que erosiona, que magulla, que nos fragiliza hasta el agotamiento, hasta la muerte, entre la inmovilización y una vibrátil potenciación. ¿Cómo experimentamos el dinamismo de las fuerzas que nos atraviesan hasta el agotamiento?, ¿Cuánto podemos frente a la inmanente/inminente saturación de la bulla que también puede y deseamos afirmar? “A palabras necias oídos sordos” nos retorna al cuerpo, donde no hay molde ni representación, ni medida ni propiedad frente a las potencias con que afronta su inmanente desolación. Ensamble de dos tiempos vertiginosos, dos vidas y modos de morir que afrontan la inmanente fuerza de la memoria, retorciendo intenciones y afectos en los que historia y técnica se incrustan de frente a la muerte deviniendo molde. Molde de preservación y acumulación en el que rostro y mutilación, intensidades existenciales in-asimilables, ponen en circulación restos desactivados de la capacidad de propagación y conexión entre sí, en cuanto residuos, yaciendo condicionados a preservarse como nombres propios. Frente a la técnica de modelación-desafección de una memoria inmóvil al dinamismo del tiempo, “A palabras necias oídos sordos” se torna desafío del cuerpo anónimo por nombrarse en movimiento, donde experimentamos y devenimos ceniza antes que hashtag. Rostros mutilados por una técnica de preservación-desafección que posee y captura toda memoria posible: intensidad de encontrar y afectarnos de esas vidas a la que no le son propios otros, sino que estas le constituyen y habitan inapropiables. “A palabras necias oídos sordos” vuelta cartografía de afectos, artefacto tecno-chamánico de invocación de juegos de memoria como de desposesión de los moldes de la Historia serial. Silenciada la bulla inmanente de nuestros fantasmas, el busto-molde, inaugura un tiempo serial donde la historia gestiona la circulación de esas inquietas y fugitivas memorias. La democracia, como el arte de la monumentalización técnica del nombre propio, que puede resituar su nombre como máquina de guerra global, mira de frente a ese fragmento de sí que supo convertir vidas-suicidadas en obra, retratando un mundo que asumió la tarea de la conversión dócil de la memoria a hashtag: donde vernos y circular nos expone a sentidos, vigilantes y estrictos, que se ocupen de que nuestros moldes no intensifiquen sus grietas, y si llegase a ocurrir, atenúen y contengan la diseminación de sus restos. El molde como tecnología de la desafección: de la preservación del agotamiento de los cuerpos y su capacidad de afecto y deseo. O como dijo un molde estallado: como proceso de acumulación, de coagulación, de sedimentación…que impone formas, funciones, uniones, organizaciones dominantes y jerarquizadas para extraer trabajo útil… “A palabras necias oídos sordos” es la pregunta por las posibilidades de instigar el anonimato desde el desafío de un ensamble siempre abierto a nuevas conexiones, como las que tornan posible esta reflexión nomádica, implicación que deshace a Tagle en Valiente, a estos en Angie, y asi toda obra se propaga residual a un infinito de modos de vida y de muerte. Amistad como otra forma de aquello que abierto deviene en la imperceptibilidad de las fisuras y grietas que le son inmanentes/inminentes a la circulación de vidas/molde. Una potencia de experimentar memorias inquietas con respecto a su tiempo tallado, afectas y expuestas a esas vidas y memorias múltiples que la baten, esas que no caben en la geografía global de la circulación panóptica del hashtag mientras no habiliten relaciones y encuentros, rincones y talleres, persas y plazas tramando capacidades de rastreo, sensaciones, estallidos, troquelados, pirateos, plagios monumentales, infectando memorias anónimas en medio del molde que ya no puede más que reproducirse muerto.