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Cuerpos en codificación "El lugar donde habita la memoria"

Video Instalación Galería Balmaceda 1215, 2008 - 2009

Video HDV Loop

TRT 5:00 min.

Los medios de comunicación, las máquinas y la tecnología han causado un boom dentro de las relaciones sociales por su efecto sobre la vida humana y nuestros comportamientos. La interactividad con la tecnología dentro del espacio cotidiano genera un cambio en la percepción de las personas, guiándolas a un mundo mucho más ligado a estos sistemas virtuales y de realidad digital. La expansión de la era postbiológica, en nuestra relación cuerpo-máquina y el acceso ilimitado a información de memorias virtuales, nos dan una nueva forma de vivir y generar afectos en el mundo real. La dimensión del cuerpo propuesta desde un alter ego genera nuevas sociedades e identidades y formas de comunicación entre usuarios. El ejemplo más evidente de esta naturalización/normalización de las tecnologías lo podemos encontrar en las plataformas más populares en la actualidad como SecondLife, Facebook, o los streaming sexuales que generan sus propios lenguajes dentro del ciberespacio y en donde el cuerpo se propone por medio de un avatar que está cada vez más cercano al cuerpo real, en actividades tecno-biológicas como cibersexo, bebés virtuales e inversiones económicas en dinero real, actos políticos, galerías de arte, yates, helicópteros, islas y todo tipo de accesorios para las sociedades virtuales. Todo esto manejado con una moneda intercambiable en dólares, llamada lindens en el caso de SecondLife. Un “cuerpo en codificación” es una entidad híbrida, máquina y organismo, realidad social y ficción. Sin duda todo cuerpo opera en una dimensión técnica, como ha señalado la filósofa feminista Alejandra Castillo “no hay cuerpo sin técnica (…) no hay cuerpo sin inscripción que lo narre, no hay cuerpo sin norma que lo describa” . Esta obra se inmiscuye en los intersticios de cuerpos hípercodificados en las redes de internet, donde su dimensión técnica llega a un paroxismo en la búsqueda de la satisfacción del deseo y la construcción de formas de vida virtualmente prediseñadas. Un referente clave para esta obra en términos estéticos y conceptuales podría ser el famoso “Manifiesto cyborg” de la feminista Donna Haraway que ya en la década de los ochenta hacía evidente la ingenuidad de las afirmaciones sobre las diferencias culturales sostenidas en diferencias naturales más originarias sobre el cuerpo. En sus palabras: “[El cyborg] al no estar estructurado por la polaridad de lo público y lo privado, define una polis tecnológica basada parcialmente en una revolución de las relaciones sociales en el oikos, la célula familiar. La naturaleza y la cultura son remodeladas y la primera ya no puede ser recurso dispuesto a ser apropiado e incorporado por la segunda” . El presente proyecto fue pensado a partir de la convocatoria Balmaceda Arte Joven de la curaduría “El afecto o en su defecto”, del año 2010. Este trabajo refiere a una reflexión visual sobre las posibilidades de expansión del afecto hacia el medio virtual, aunque de alguna manera exclusivo de las máquinas. La propuesta de esta obra es evidenciar esa mirada dentro del espacio virtual por medio de un videoarte que dé cuenta de determinados perfiles abiertos/cerrados (pagados-gratuitos) en Internet, rescatarlos y producir un video con los mismos perfiles, exponiendo los intereses y las relaciones humanas en analogía son el afecto como lectura de identidad social en el espacio virtual. La producción del video propone específicamente a un espacio de interacción que divide y especifica los criterios de búsqueda en Internet. La plataforma que se utilizó es AdultFinder (2008); en ella uno puede decidir a través de links si le interesa o no contactar a determinadas personas por medio de la imagen y a partir de los criterios y la exposición de determinados perfiles en Internet. La idea fue apropiarse de toda esa cantidad de texto e imágenes y acotarla a 365 perfiles latinoamericanos, con los que se generó un video diferido de las acciones dentro de los streamings sexuales. Dichos streamings son expuestos en un cuadro multiventana (privado versus público), en donde dentro de cada cámara web existe un universo sexual y estético que se rige por la composición y las situaciones dentro del espacio de lo privado. La idea de exponer estos perfiles en una pieza de videoarte tiene que ver con la mirada del voyeur; el espectador participa de este visionado que está regido por el privado expuesto en un Video Wall de manera pública. Este trabajo pretende generar una crítica de la pirotecnia de las actuales tendencias del arte multimedial en donde se genera una predisposición a las reacciones omitiendo las operaciones simbólicas y poéticas dentro de una operación artística.

Los medios de comunicación, las máquinas y la tecnología han causado un boom dentro de las relaciones sociales por su efecto sobre la vida humana y nuestros comportamientos. La interactividad con la tecnología dentro del espacio cotidiano genera un cambio en la percepción de las personas, guiándolas a un mundo mucho más ligado a estos sistemas virtuales y de realidad digital. La expansión de la era postbiológica, en nuestra relación cuerpo-máquina y el acceso ilimitado a información de memorias virtuales, nos dan una nueva forma de vivir y generar afectos en el mundo real.

La dimensión del cuerpo propuesta desde un alter ego genera nuevas sociedades e identidades y formas de comunicación entre usuarios. El ejemplo más evidente de esta naturalización/normalización de las tecnologías lo podemos encontrar en las plataformas más populares en la actualidad como SecondLife, Facebook, o los streaming sexuales que generan sus propios lenguajes dentro del ciberespacio y en donde el cuerpo se propone por medio de un avatar que está cada vez más cercano al cuerpo real, en actividades tecno-biológicas como cibersexo, bebés virtuales e inversiones económicas en dinero real, actos políticos, galerías de arte, yates, helicópteros, islas y todo tipo de accesorios para las sociedades virtuales. Todo esto manejado con una moneda intercambiable en dólares, llamada lindens en el caso de SecondLife.

Un “cuerpo en codificación” es una entidad híbrida, máquina y organismo, realidad social y ficción. Sin duda todo cuerpo opera en una dimensión técnica, como ha señalado la filósofa feminista Alejandra Castillo “no hay cuerpo sin técnica (…) no hay cuerpo sin inscripción que lo narre, no hay cuerpo sin norma que lo describa” . Esta obra se inmiscuye en los intersticios de cuerpos hípercodificados en las redes de internet, donde su dimensión técnica llega a un paroxismo en la búsqueda de la satisfacción del deseo y la construcción de formas de vida virtualmente prediseñadas. Un referente clave para esta obra en términos estéticos y conceptuales podría ser el famoso “Manifiesto cyborg” de la feminista Donna Haraway que ya en la década de los ochenta hacía evidente la ingenuidad de las afirmaciones sobre las diferencias culturales sostenidas en diferencias naturales más originarias sobre el cuerpo. En sus palabras: “[El cyborg] al no estar estructurado por la polaridad de lo público y lo privado, define una polis tecnológica basada parcialmente en una revolución de las relaciones sociales en el oikos, la célula familiar. La naturaleza y la cultura son remodeladas y la primera ya no puede ser recurso dispuesto a ser apropiado e incorporado por la segunda” .

El presente proyecto fue pensado a partir de la curaduría “El afecto o en su defecto”, del año 2010. Este trabajo refiere a una reflexión visual sobre las posibilidades de expansión del afecto hacia el medio virtual, aunque de alguna manera exclusivo de las máquinas. La propuesta de esta obra es evidenciar esa mirada dentro del espacio virtual por medio de un videoarte que dé cuenta de determinados perfiles abiertos/cerrados (pagados-gratuitos) en Internet, rescatarlos y producir un video con los mismos perfiles, exponiendo los intereses y las relaciones humanas en analogía son el afecto como lectura de identidad social en el espacio virtual.

La producción del video propone específicamente a un espacio de interacción que divide y especifica los criterios de búsqueda en Internet. La plataforma que se utilizó es AdultFinder (2008); en ella uno puede decidir a través de links si le interesa o no contactar a determinadas personas por medio de la imagen y a partir de los criterios y la exposición de determinados perfiles en Internet. La idea fue apropiarse de toda esa cantidad de texto e imágenes y acotarla a 365 perfiles latinoamericanos, con los que se generó un video diferido de las acciones dentro de los streamings sexuales. Dichos streamings son expuestos en un cuadro multiventana (privado versus público), en donde dentro de cada cámara web existe un universo sexual y estético que se rige por la composición y las situaciones dentro del espacio de lo privado. La idea de exponer estos perfiles en una pieza de videoarte tiene que ver con la mirada del voyeur; el espectador participa de este visionado que está regido por el privado expuesto en un Video Wall de manera pública. Este trabajo pretende generar una crítica de la pirotecnia de las actuales tendencias del arte multimedial en donde se genera una predisposición a las reacciones omitiendo las operaciones simbólicas y poéticas dentro de una operación artística.

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